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sábado, 29 de diciembre de 2012

Mis mejores amigos (2)


       Una de las primeras cosa que me contó Azul, fue como dejó de ser un oso pardo salvaje para convertirse en un oso azul familiar. La culpa la tuvo el duende del monte.

         Azul había nacido en una montaña muy alta cerca del mar. Cuando cumplió los tres años ya era un oso adulto. Pero desde muy pequeño notó que no era un oso normal; soñaba y, al contrario de lo que le pasaba a sus amigos, no le asustaba el ruido de los niños jugando en el bosque.


         Por eso, una mañana del comienzo del otoño, cuando se preparaba para comenzar la época de hibernación, se le apareció el duende. Le preguntó si no le gustaría convertirse en el mejor amigo de un niño. Le explicó que él podía hacer un hechizo y convertirle en un oso que alguien compraría para regalárselo a un recién nacido. Así podía convertirse en su protector. No lo dudó ni un segundo.

-¿Puedes hacer que me lleve el color del mar?- fue su única pregunta.

         El duende cumplió sus deseos y por eso su piel ahora es azul.

         Inmediatamente le transporto a una enorme juguetería, donde conoció a muchos otros animales que también querían ser compañeros de algún niño. Antes de dejarle, el duende le explicó que era muy importante elegir bien la persona con la que irse.

         Después de varias semanas de espera, entró en la juguetería un hombre algo mayor que enseguida captó la atención de Azul. Ese hombre resultó ser mi abuelo. Yo acababa de nacer y el buscaba un animal para regalármelo. Azul puso una sonrisa de oreja a oreja, encendió sus ojos y se puso en pie para no pasar desapercibido. Consiguió su objetivo, porque mi abuelo se fijó inmediatamente en él.

         Lo primero que hice cuando le vi fue darle un gran abrazo. Yo eso no lo recuerdo muy bien, pero Azul me repetía que le sujeté con tanta fuerza que hasta que no me quede dormido no consiguieron que me separara de él.

         Desde ese día es mi compañero de mi habitación. Ahora ya tengo catorce años y otros dos hermanos. Azul sigue en mi habitación, encima de mi cama, guardándola hasta que yo me acuesto.

 

domingo, 16 de diciembre de 2012

Mis mejores amigos


            Mis padres aseguran que yo nací en Madrid un día del mes de Febrero. Pero a veces no tengo más remedió que pensar que no es del todo cierto. No es que dude de su palabra, ni creo que me quieran engañar. Sé que mis padres me quieren mucho y yo quiero mucho a mis padres. Lo que ocurre es que algunas de las cosas que me han pasado en mi vida me hacen sospechar que pudo ser de otra manera.

         Por ejemplo, mi primer amigo fue un enorme oso que yo llamaba Azul. Siempre estaba dispuesto a jugar conmigo y a defenderme si alguna vez yo estaba en peligro. Por las noches yo me acurrucaba dentro de él y así no tenía frío. Su enorme cuerpo me daba calor, me servía de almohada y me susurraba aventuras hasta que me quedaba dormido.

         Por eso creo que yo nací en algún bosque o en alguna selva y que los animales son parte de mi familia y por supuesto son grandes amigos míos.

 

viernes, 14 de diciembre de 2012

Vierja y el unicornio.





Vierja era el más joven y mejor jinete del pueblo; era capaz de montar cualquier caballo. El día de su quince cumpleaños, paseando por el campo del molino, conoció al unicornio. Nada más mirarse, se gustaron el uno al otro.

         Desde entonces nadie les ha visto jamás separarse.